dilluns, 2 de març del 2020

¿POR QUÉ EL CEREBRO DE UN NIÑO NECESITA 12 ABRAZOS AL DÍA?



¿Por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día?

¿Le has preguntado a tu hijo qué siente cada vez que lo abrazas? Algunos niños dirán que felicidad; otros, que amor, y los más pequeños podrán expresarlo con su rostro. En el caso de los padres, según Ale Velasco, escritora y experta en crianza, los abrazos son una “hermosa manera de demostrar afecto a nuestros hijos”.

En México se le dice ‘apapacho’, que es similar a un abrazo pero encierra un sentimiento de afecto o cariño más intenso. Su origen viene de la lengua náhuatl, de la palabra en esa lengua ‘papatzoa’, que quiere decir ‘ablandar algo con los dedos”, aunque el significado que se le dio inicialmente fue “abrazar con el alma”.

La idea de abrazar, entonces, es ‘tocar’, y lo que debes buscar es ‘abrazar el alma de tu hijo’, expresarle cuánto lo amas, muchas veces sin pronunciar palabra y solo con este acto espontáneo. Con ello lograrás que se sienta amado, aceptado y tranquilo.

María Teresa Geithner, psicóloga egresada de la Universidad Javeriana, vocera de la Fundación Vida por Amor a Ellos, asegura que “el abrazo es el primer contacto físico entre seres humanos y (que) es bueno darlo a la hora de dar de comer al bebé, por la posición que se toma y la conexión que se establece entre la madre y el hijo. Así se le transmite seguridad, estabilidad y protección”.

Por su parte, Isabela Vallejo, psicóloga del Gimnasio Los Caobos, afirma que “el abrazo es una manifestación de amor, cariño, cercanía, de vínculo para quien lo expresa como para quien lo recibe, pues es una especie de alimento emocional del ser humano. Cuando se siente ese contacto físico, que se expresa con cariño, respeto y voluntad, el individuo recibe beneficios al dar y al recibir. Un abrazo es la máxima expresión de fraternidad, te da seguridad, energía, te estimula el cerebro y te sube el ánimo”.

La conocida psicoterapeuta estadounidense Virginia Satir, afirmó: “necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir. Ocho abrazos diarios para mantenernos y doce abrazos diarios para crecer”. Puesto que los niños están en continuo crecimiento, está claro que un niño necesita 12 abrazos al día.

1. Activan los receptores de la piel y aportan serenidad: El primer contacto del abrazo es con la piel. Automáticamente se activan los receptores de la dermis conocidos con el nombre de corpúsculos de Pacini. La presión sobre estos receptores estimula el nervio vago, conectado con el cerebro y encargado entre otras cosas de regular la presión sanguínea. Es decir, que la suave presión de un abrazo consigue regular la presión arterial y calmar a quien está nervioso o sufre estrés.

2. Libera dopamina, la hormona del placer: Los abrazos liberan un neurotransmisor (un mensajero químico del cerebro) llamado dopamina, que ejerce un gran poder de alivio contra el estrés. La dopamina también se le conoce como la ‘hormona del placer’. También está relacionada con la creatividad y la capacidad de relacionarse o sociabilizar con los demás.

3. Libera oxitocina, la hormona del amor: Una de las hormonas que entra en juego mediante los abrazos es la oxitocina, sí, esa hormona tan importante durante el parto y nacimiento de un bebé. La oxitocina se la conoce como ‘la hormona del amor’. Responsable de generar confianza hacia una persona.

4. Reduce el nivel de cortisol en sangre: El cortisol se relaciona con los niveles de estrés. Evidentemente, nadie quiere tener índices altos de cortisol. Un estudio del Advanced Telecommunications Research Institute International de Kioto consiguió demostrar que los abrazos reducen de forma inmediata los índices de cortisol en sangre.
-. Qué siente un niño cuando le abrazan.
-. Siente que es querido por sus padres.
-. Refuerza su fortaleza.
-. Le confiere mayor seguridad de sí mismo.
-. Favorece su autoestima
-. Se siente un niño feliz.
-. Mejora sus capacidades de relacionarse con otros niños.
-. Mejora su empatía.
-. Previene rabietas y enfados.

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