dissabte, 29 de març del 2014

ELS REFLEXES PRIMARIS

He trobat a la plana web he trobat l'explicació dels reflexes primaris.

http://www.elbebe.com/bebe-recien-nacido/reflejos-bebes-recien-nacidos, 

Des de que vaig començar a interesar-me en el desenvolupament infantil vaig trobar informacions diverses del que són els reflexes primaris que es donen en els infants i concretament en els nadons em va encuriosi molt.
En una conferència sobre desenvolupament infantil que feien els professionals del Instituto Médico del Desarrollo Infantil a la que vaig anar fa uns quants anys, en un moment es va parlar d'aquest tema; vaig tenir la sort de sentir i riure una estona quan un d'ells va comentar que tenim molta sort d'haver perdut el reflex d'extensió del coll que és imprescindible per nèixer i que cal perdre sinó cada vegada que ens toca un objecte el cul nosaltres extendríem el coll impedint de seure. 
 El Doctor Ferré la va parodiar en aquell moment.
 Imagineu-vos la situació! 
A mi encara se'm escapa el riure.

L'article diu així:

LOS REFLEJOS DE LOS 
BEBÉS RECIÉN NACIDOS

Un aspecto importante a la hora de valorar el desarrollo psicomotor del recién nacido son sus reflejos. Neurólogos y neonatólogos han descrito una gran cantidad de reflejos del recién nacido. La mayoría de ellos desaparece durante los primeros meses de vida y sirven para calcular, de manera indirecta, la edad del bebé. También pueden revelar fallos en el sistema nervioso central.
Se desconoce el origen de estos reflejos, aunque algunos tienen una finalidad de protección de la especie.
Algunas investigaciones indican que el feto ya realiza este tipo de movimientos en el útero de la embarazada. Algunos, como el reflejo de succión, no maduran hasta las 36 semanas de embarazo. Esto podría explicar las dificultades que presentan los bebés prematuros a la hora de alimentarse mediante lactancia materna.
También, algunos estudios señalan que, en su conjunto los reflejos intrauterinos ayudan a facilitar el paso del bebé por el canal del parto.
En los bebés recien nacidos, la mayoría de los movimientos es de tipo automático. Al madurar su sistema nervioso, los bebés adquieren poco a poco el control voluntario de sus músculos y "pierden" u "olvidan" los reflejos.
En muchos casos, los reflejos del bebé recién nacido tienen una finalidad concreta, como la succión o búsqueda del pecho para alimentarse o para reforzar su desarrollo psicomotos cuando se arrastra para desplazarse. Algunos se mantienen hasta los 4 meses del bebé.
Los neonatólogos y neurólogos han descrito muchos reflejos. Detectarlos sirve para calcular de forma indirecta la edad del bebé (o su madurez), especialmente en los bebés prematuros. 

Los reflejos de los bebés recién nacidos más habituales y conocidos son: 

  • EL REFLEJO MORO:
Para comprobar si el bebé realiza el reflejo de Moro se coloca al bebé sobre una superficie dura o rígida. Luego se sujeta al bebé por los brazos tirando un poco de ellos hacia arriba, levantando ligeramente la cabeza de la camilla. Se le suelta bruscamente. 
El bebé abre los brazos y las manos y los vuelve a cerrar, como dando un abrazo, al tiempo que empieza a llorar. Este reflejo está presente en el recién nacido y desaparece aproximadamente hacia los 2 meses del bebé.
  • REFLEJO DE PRENSIÓN EN EL BEBÉ 
El reflejo de prensión se utiliza para comprobar la intensidad con la que agarra un objeto, la simetría de los brazos y la persistencia de la prensión en el bebé. Al tocarle en la palma de la mano con un objeto cualquiera, el bebé cierra los dedos, como para cogerlo. Este reflejo es tan fuerte que, si le ponemos en cada mano uno de nuestros dedos índice, se aferra a ellos tan fuerte que casi se le puede levantar en vilo.
Hay que tener cuidado pues esa presión dura solo unos instantes y se suelta. Este reflejo suele desaparecer hacia los 5-6 meses.

  • REFLEJO DE BÚSQUEDA O DE LOS PUNTOS CARDINALES.


El reflejo de búsqueda se comprueba al tocar suavemente al bebé en la piel de la cara, cerca de la boca. El bebé la abre y gira la cabeza hacia el lugar en donde se le ha tocado: si fuera en el labio superior, hacia arriba; si fuera en la mejilla derecha, hacia ese lado... 
Este reflejo es muy útil a la hora de dar de mamar, para que abra la boca y se coja bien al pecho.

  • REFLEJO DE LA MARCHA AUTOMÁTICA EN EL BEBÉ.


El reflejo de la marcha automática se comprueba en todos los bebés recién nacidos. Se sujeta al bebé por las axilas dejando que apoye las plantas de los pies. Al apoyar una de ellas, flexiona la rodilla y levanta el otro pie, como para dar un paso.
Este reflejo es uno de los que resultan más "graciosos" para los padres. Puede desaparecer a los pocos días de nacer el bebé o alrededor de los 3 o 4 meses.

  • REFLEJO TÓNICO - ASIMÉTRICO DEL CUELLO EN EL BEBÉ.
El reflejo tónico-asimétrico del cuello en el bebé se analiza cuando éste está en reposo, boca arriba. Si el bebé tiene la cabeza vuelta hacia la derecha, tendrá el brazo derecho extendido y la rodilla izquierda flexionada y viceversa.
Este reflejo desaparece aproximadamente hacia los 2-3 meses. En caso contrario podría indicar alguna alteración en el sistema nervioso central del bebé.

  • REFLEJO DEL PARACAÍDAS EN EL BEBÉ
El reflejo del paracaídas se provoca sujetando al bebé por la cintura, boca abajo, y bajándolo repentinamente. El bebé extenderá los brazos para apoyarse y defenderse. Este reflejo no se produce en los recién nacidos, sino a partir de los 6-9 meses.
Es muy útil para evitar lesiones en la cara si el bebé se cae cuando empieza a andar.

  • REFLEJO ABDOMINAL EN EL BEBÉ
El reflejo abdominal se analiza al rozar suavemente la piel de la barriga del bebé, si se hace por el lado derecho, se contraen los músculos de ese lado y parece que el ombligo "se mueve" hacia la derecha. (Y al revés)

  • REFLEJOS TENDINOSO EN EL BEBÉ
El reflejo tendinoso se comprueba en el bebé al dar un golpecito en algunos tendones musculares, se contraen los músculos correspondientes de forma brusca. El reflejo rotuliano (de la rodilla) es el más conocido, pero puede provocarse en otros muchos lugares del cuerpo.
En los recién nacidos, el movimiento de extensión que desencadenan estos reflejos es muy llamativo. A medida que pasa el tiempo, se hacen más suaves. Pero si continúan siendo contracciones rápidas y fuertes, puede indicar que el bebé tiene algún alteración neurológica.

divendres, 14 de març del 2014

CÓMO NACEMOS NOS AFECTA TODA LA VIDA

“Cómo nacemos nos afecta toda la vida” manté el  prestigiós ginecòleg, cirurgià i obstetricista Michel Odent.
Us passem aquesta entrevista sobre l’importància del part natural vaginal i el perquè.
“Todas las hembras de mamíferos están programadas para segregar un aunténtico cóctel de hormonas del amor cuando traen al mundo a sus bebés y los medicamentos sustituyen ese cóctel.

 Entrevista realitzada per Ima Sanchís a Michel Odent que va ser publicada a La Contra de la Vanguardia amb data de 05 de juliol de 2005; es pot recuperar al següent enllaç: 

¿POR QUÉ ME SIENTAN?



Un bon article al blog "Crianza en flor - Crianza respectuosa" on l'autora Sarita Gálvez D. ens fa reflexionar sobre la importància que té en seguir el desenvolupament de l'infant i deixar anar fent a l' infant allò que el seu desenvolupament li permeti.
Els adults en general volem que el infants facin coses molt abans de que el seu desenvolupament corporal ho permeti. També per comoditat de l'adult fem coses o obliguem als infants a restar en unes posicions poc naturals per a ells (hamaquitas, caminadors.....). Algunes vegades ho fem per ignorancia y altres vegades per comoditat (amb consciencia).

Aquest article ha estat extret de:


¿POR QUÉ ME SIENTAN?


Nunca me gustó la idea de sentar precozmente a los niños. En un inicio las razones eran más relacionadas con lo músculoesquelético, evitar el estrés en las articulaciones en formación, principalmente columna y caderas… Hoy sigo evitando poner a mi pequeño en posiciones que no logra por sí mismo, pero las razones van mucho más allá de lo meramente físico, hoy las razones tienen que ver con el desarrollo emocional y cognitivo, con la nutrición sensorial y la formación de un ser de acción. Vamos desgranando el choclo.
Sentar prematuramente a los bebés es una práctica muy frecuente en nuestra sociedad. Ya en los años 50, la pediatra Emmi Pikler describía lo extraño que le parecía esta práctica tan usual y cómo esos bebés, que eran sentados prematuramente, mostraban un desarrollo postural tan distinto a los niños que se mueven en libertad. Ella planteaba que los pequeños se mostraban tensos y más rígidos, “como si se hubieran tragado un palo de escoba”, una tensión muscular absolutamente esperable para el desbalance que significa ser puesto en una posición vertical, cuando aún no se ha trabajado la musculatura anti gravitatoria en planos horizontales (pasar harto tiempo de guatita cuando ya logra girar). De esa manera, cuando a un niño se le impone una postura que aún no logra por sí solo, también se le impone la exigencia y se le marca un ritmo.
Hace un par de años, cuando presentaba el enfoque Moverse en Libertad en una audiencia de estudiantes, kinesiólogos y educadoras partí preguntando: “¿A qué edad se sientan los niños por primera vez?”. Todos comenzaron a hacer predicciones. Algunos dijeron 6 meses, otros propusieron entre los 4 y 5 meses… y otros dijeron 8 meses. Lo consistente fue que no había consenso al respecto. Y es que si partimos por el principio, tendríamos que analizar si todos entendemos lo mismo por “se sienta por primera vez”.
No es extraño que nos preguntemos qué es “sentarnos”, porque da la sensación que en el mundo infantil hay diferencias significativas entre “permanecer sentado” y “sentarse”, me explico: que un niño permanezca sentado, para algunos, quiere decir que es puesto por un adulto en esta postura y, dado que ha sido expuesto muchas veces a ese desequilibrio, ha logrado sortear el desbalance y mantenerse en la posición. No obstante, si este pequeño se cae o resbala, no puede volver a esa postura por sí mismo. Desde un punto de vista distinto, sentarse es una postura que el niño construye a partir de otras posturas de transición y movimientos, no requiere ejercicios ni entrenamientos. Observando su movimiento espontáneo, un bebé se sienta solo después de girar hacia ambos lados, después de arrastrarse y pivotear; en general, se sentará solo cuando comience a gatear y, tomando como referencia los estudios de Emmi Pikler, eso es algo que suele suceder alrededor de los 9 meses…sí, 9 meses.
En consecuencia de lo anterior, comprenderemos que no sentar a un niño hasta que lo haga por sí sólo determina que los adultos debemos acompañar esos 9 meses y, dada la costumbre instalada, convencer al resto de los adultos que en realidad el hecho de que no permanezca sentado no es un signo de alarma de un retraso del desarrollo psicomotor. Desde mi experiencia profesional y personal quiero ser enfática, puesto que pienso que un niño que no es sentado precozmente y es expuesto a un ambiente estimulante y seguro de exploración, es un niño que desarrollará el desplazamiento mucho antes. Cuando un pequeño de 6 meses descubre los giros y descubre que si gira más de una vez puede alcanzar ese objeto que le llama la atención, comenzará a desplazarse. Eso significa que no debe esperar a gatear o caminar para lograr metas más altas, para llegar a lo que se propone, para sentirse seguro en su cuerpo y a la vez, sentir que es cuerpo activo en el espacio. En consecuencia, sus relaciones espaciales son más ricas, comienza a relacionarse con limites y se convierte en un explorador activo del ambiente.
Cuando un niño es sentado precozmente* y es “puesto a jugar” en esta postura lo más probable es que necesite asistencia constante para tomar y explorar los distintos objetos que los adultos le proponen. De esta manera, necesitará asistencia para obtenerlos y volverlos a tomar si se le caen. Así, llantos o distintos llamados pueden ser una constante al reaccionar a lo que sucede en su entorno. Un niño que explora en el suelo con las posturas y movimientos que domina, no necesita de esta asistencia constante, es capaz de conseguir lo que se propone utilizando su cuerpo, o es lo suficientemente flexible para cambiar el objeto de interés por otra cosa que esté en su camino. Ésta es una de las razones que llevaron a Emmi Pikler a titular uno de sus libros como “Bebés tranquilos, madres satisfechas” (“Peaceful babies, contented mothers”) puesto que los bebés autónomos no necesitan constantemente al adulto y los adultos pueden desarrollar otras actividades, sin sentir que están descuidando a sus hijos.
Por otra parte, si un niño sentado precozmente, sus piernas no se activan y se transforman en un soporte de la postura. Las piernas de un niño que se mueve en libertad son activas, móviles y flexibles, son parte de los giros e importantes motores del arrastre. En consecuencia, esos pequeños cerebros también tienen toda el área de recepción de información sensorial -proveniente de músculos, piel, articulaciones- en constante activación, el mapa del cuerpo es más nutrido y, por consiguiente, más complejo y completo.
Y así, podríamos continuar con muchas más razones sobre por que debiéramos evitar la práctica social de sentar prematuramente a nuestros más pequeños. Quizás la última es pensar cuanto tiempo pasará ese pequeño sentado durante su vida… lo más probable es que, como la mayoría de nosotros, pase gran parte de esta en esa posición, por lo tanto, ¿qué tanto apuro tenemos? Mejor regalémosle el espacio para nuevas exploraciones… ¡y qué mejor que esos meses para descubrir activo el mundo que nos rodea!
Si ya has sentado a tu pequeñ@ y estás interesad@ en conocer herramientas prácticas para volver atrás, te recomiendo el siguiente artículo: "Que hacemos cuando queremos volver atrás: guía práctica" 


Más info en www.moverseenlibertad.cl y en el libro de Emmi Pikler Moverse en Libertad



També es pot visualitzar el següent vídeo de la plataforma Vimeo:
 http://vimeo.com/86662960

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No es extraño que nos preguntemos qué es “sentarnos”, porque da la sensación que en el mundo infantil hay diferencias significativas entre “permanecer sentado” y “sentarse”, me explico: que un niño permanezca sentado, para algunos, quiere decir que es puesto por un adulto en esta postura y, dado que ha sido expuesto muchas veces a ese desequilibrio, ha logrado sortear el desbalance y mantenerse en la posición. No obstante, si este pequeño se cae o resbala, no puede volver a esa postura por sí mismo. Desde un punto de vista distinto, sentarse es una postura que el niño construye a partir de otras posturas de transición y movimientos, no requiere ejercicios ni entrenamientos. Observando su movimiento espontáneo, un bebé se sienta solo después de girar hacia ambos lados, después de arrastrarse y pivotear; en general, se sentará solo cuando comience a gatear y, tomando como referencia los estudios de Emmi Pikler, eso es algo que suele suceder alrededor de los 9 meses…sí, 9 meses.
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aturamente a los bebés es una práctica muy frecuente en nuestra sociedad. Ya en los años 50, la pediatra Emmi Pikler describía lo extraño que le parecía esta práctica tan usual y cómo esos bebés, que eran sentados prematuramente, mostraban un desarrollo postural tan distinto a los niños que se mueven en libertad. Ella planteaba que los pequeños se mostraban tensos y más rígidos, “como si se hubieran tragado un palo de escoba”, una tensión muscular absolutamente esperable para el desbalance que significa ser puesto en una posición vertical, cuando aún no se ha trabajado la musculatura anti gravitatoria en planos horizontales (pasar harto tiempo de guatita cuando ya logra girar). De esa manera, cuando a un niño se le impone una postura que aún no logra por sí solo, también se le impone la exigencia y se le marca un ritmo.
Hace un par de años, cuando presentaba el enfoque Moverse en Libertad en una audiencia de estudiantes, kinesiólogos y educadoras partí preguntando: “¿A qué edad se sientan los niños por primera vez?”. Todos comenzaron a hacer predicciones. Algunos dijeron 6 meses, otros propusieron entre los 4 y 5 meses… y otros dijeron 8 meses. Lo consistente fue que no había consenso al respecto. Y es que si partimos por el principio, tendríamos que analizar si todos entendemos lo mismo por “se sienta por primera vez”.
No es extraño que nos preguntemos qué es “sentarnos”, porque da la sensación que en el mundo infantil hay diferencias significativas entre “permanecer sentado” y “sentarse”, me explico: que un niño permanezca sentado, para algunos, quiere decir que es puesto por un adulto en esta postura y, dado que ha sido expuesto muchas veces a ese desequilibrio, ha logrado sortear el desbalance y mantenerse en la posición. No obstante, si este pequeño se cae o resbala, no puede volver a esa postura por sí mismo. Desde un punto de vista distinto, sentarse es una postura que el niño construye a partir de otras posturas de transición y movimientos, no requiere ejercicios ni entrenamientos. Observando su movimiento espontáneo, un bebé se sienta solo después de girar hacia ambos lados, después de arrastrarse y pivotear; en general, se sentará solo cuando comience a gatear y, tomando como referencia los estudios de Emmi Pikler, eso es algo que suele suceder alrededor de los 9 meses…sí, 9 meses.
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¿Por qué me sientan?

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fuente http://threelittletreesclothing.blogspot.com.au/
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Nunca me gustó la idea de sentar precozmente a los niños. En un inicio las razones eran más relacionadas con lo músculoesquelético, evitar el estrés en las articulaciones en formación, principalmente columna y caderas… Hoy sigo evitando poner a mi pequeño en posiciones que no logra por sí mismo, pero las razones van mucho más allá de lo meramente físico, hoy las razones tienen que ver con el desarrollo emocional y cognitivo, con la nutrición sensorial y la formación de un ser de acción. Vamos desgranando el choclo. 
fuente autobiografia.blogspot.com
fuente autobiografia.blogspot.com
Sentar prematuramente a los bebés es una práctica muy frecuente en nuestra sociedad. Ya en los años 50, la pediatra Emmi Pikler describía lo extraño que le parecía esta práctica tan usual y cómo esos bebés, que eran sentados prematuramente, mostraban un desarrollo postural tan distinto a los niños que se mueven en libertad. Ella planteaba que los pequeños se mostraban tensos y más rígidos, “como si se hubieran tragado un palo de escoba”, una tensión muscular absolutamente esperable para el desbalance que significa ser puesto en una posición vertical, cuando aún no se ha trabajado la musculatura anti gravitatoria en planos horizontales (pasar harto tiempo de guatita cuando ya logra girar). De esa manera, cuando a un niño se le impone una postura que aún no logra por sí solo, también se le impone la exigencia y se le marca un ritmo.
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